En entrevista, el escritor Carlos Velázquez nos comparte si cree en la perfección dentro de la literatura, su formación autodidacta y sus planes a futuro
Desarrollar un estilo propio y único dentro de la literatura mexicana no es una tarea sencilla e incluso muy pocos lo han conseguido. Dentro de la selecta lista de quienes sí han podido se encuentra Carloz Velázquez, quien no sólo es escritor sino también un fiel seguidor del rock. La música la lleva dentro de sus venas y forma parte central de la mayoría de su obra.
Desde hace poco más de dos décadas se metió al “slam de las letras” y desde entonces ha cosechado tanto seguidores como detractores. Muchos no le perdonan su brutal honestidad y ser políticamente incorrecto. En su obra el humor es un personaje central junto a situaciones completamente inverosímiles que siempre tienen desenlaces fascinantes.
PERIODISMO GONZO HECHO EN MÉXICO
De manera paralela a su faceta como escritor también se desempeña como cronista de conciertos de rock. A partir de su estilo que se alimenta del periodismo gonzo es que más de uno lo ha comparado con Hunter S. Thompson y al menos en la parte de los excesos no hay duda que tienen muchas similitudes.
Si alguien todavía no conoce su obra está en un buen momento porque Editorial Océano acaba de crear la Biblioteca Carlos Velázquez. Consiste en las reediciones de todos sus libros de cuentos pero ahora con nuevas portadas y de momento ya se han publicado tres: La Biblia Vaquera, La Marrana Negra de la Literatura Rosa y La Efeba Salvaje.
Para profundizar en su pasado y especialmente en su presente tuvimos la oportunidad de entrevistar al escritor nacido en Torreón en 1978. Es un digno representante de la literatura norteña mexicana y a continuación compartimos todo lo que nos dijo.
¿Cómo fue tu proceso para convertirte en escritor? Siempre has dicho que no fuiste a la universidad, ¿entonces te formaste en la calle?
Carlos Velázquez (CV): Así es, en mi caso lo único que hice fue ir a un taller literario en mi natal Coahuila y nada más me sirvió para ver todo lo que no me gusta. Yo soy completamente autodidacta pero primero empecé como lector de revistas musicales y después pasé a los libros.
En mi casa absolutamente nadie leía ni había libros… bueno mi papá nada más leía El Libro Vaquero pero eso no cuenta (risas).
Y con respecto a tu rutina para escribir, ¿cómo ha cambiado a través de los años? ¿Prefieres escribir de día o de noche?
CV: Ha cambiado a través de los años porque empecé a escribir cuando era joven y todo el día andaba de fiesta así que sólo me daba tiempo de escribir en las noches.
Mientras que ahora es distinto porque ahora lo que hago es escribir por las mañanas y es un hábito que me gusta porque siento que todos tenemos la “imaginación desnuda” porque nos acabamos de despertar y creo que los resultados son mejores.
Aunque más allá de la hora también importa el tipo de escrito. Cuando es una crónica de un concierto o algo que tenga una fecha de entrega lo tengo que hacer de inmediato. Mientras que en el caso de los cuentos y la ficción procuro tomarme todo el tiempo que sea posible porque nunca lo hago con prisas.
A propósito de las reediciones de tus libros de cuentos que acaba de publicar Editorial Océano, ¿tú acostumbras leer tus propios libros después de que salen a la venta?
CV: Definitivamente no y es porque todo el proceso que implica escribir un libro significa leer tu propia obra muchas veces. Por ejemplo, al ir escribiendo uno de ficción yo soy muy cuidadoso y lo reviso varias veces hasta que considero que está terminado. Cuando tengo el borrador se lo mando al editor y me lo regresa con sus correcciones, por lo que lo tengo que leer de nuevo.
La siguiente etapa es cuando te mandan un nuevo borrador para revisar posibles errores y otra vez tengo que leer todo el libro para firmar que estoy de acuerdo con el resultado. A partir de ese momento se manda a la imprenta para tener la versión final. Después de todo lo anterior, al recibir el libro terminado me emociono al verlo pero definitivamente jamás lo vuelvo a leer porque ya le di muchas lecturas durante todo el proceso de creación e impresión.
¿Tú crees que existe la perfección dentro de la literatura?
CV: Yo creo que sí existe pero no en mí obra (risas).
Durante todo el proceso de creación cada escritor tiene muchas oportunidades para buscar la perfección con su obra pero al menos a mí no me interesa. Aunque creo que una vez que un libro sale a la venta ya perdiste dicha oportunidad y no vale la pena hacer cambios posteriores.
Yo lo veo como lo que ocurre con la música porque al menos a mí me gustan muchas canciones que son imperfectas e incluso sus errores son sus principales virtudes. Hace poco leí que van a lanzar una nueva versión del álbum (What's the Story) Morning Glory? de Oasis y yo pienso: ¿para qué hacen eso si la edición original es muy buena e inmejorable?
En mi caso he leído todos tus libros menos el primero porque creo que es prácticamente imposible de conseguir. ¿Por qué tu ópera prima, Cuco Sánchez Blues (2004), jamás se ha reeditado?
CV: Lo que pasa es que sólo hubo una edición de ese libro que publicó el gobierno de Coahuila en el 2004. El tiraje fue muy pequeño, todos los ejemplares ya se agotaron y creo que hoy ni en las chacharas se consigue (risas).
Yo no le veo sentido que se vuelva a publicar porque estoy seguro que todos los que lo lean se van a llevar una gran decepción. Para mí fue un libro importante porque gracias a él me di cuenta de que tenía mucho que mejorar como escritor pero definitivamente no está dentro de mis planes reeditarlo.
Algo frecuente con los músicos es que al momento de preguntarles acerca de su propio trabajo y su mejor álbum responden que todos son como sus hijos y a todos los quieren por igual. ¿En tu caso tienes alguno de tus libros que consideres que es el mejor?
CV: Yo creo que mi mejor libro es el que estoy escribiendo en ese momento. A lo que me refiero es que soy un fiel creyente de que mi tiempo favorito es el presente. No me arrepiento de todo lo que ya escribí pero eso representa mi pasado y por fortuna yo tengo muchas ideas en este momento y no me interesa vivir de lo que ya hice sino de lo que estoy haciendo en estos momentos.
Es una desgracia ver a escritores que son muy buenos pero que viven de libros que hicieron hace 20 o 30 años. Son una especie de one-hit-wonders y yo espero jamás ser así.
Y con respecto a tu futuro, ¿qué planes tienes aparte de las reediciones
CV: Estoy muy emocionado porque tengo muchos planes con Editorial Océano. El año pasado se lanzó mi libro inédito El Menonita Zen y ahora se va a publicar un colección con mis libros anteriores de cuentos. De momento ya hay tres títulos disponibles: La Biblia Vaquera, La Marrana Negra de la Literatura Rosa y La Efeba Salvaje.
Todavía falta la reedición de Despachador de Pollo Frito pero en los próximos meses va a salir. A partir de ahí se hará una especie de “corte de caja” para empezar a publicar lo nuevo porque tengo mucho material nuevo ya escrito que quiero que vea la luz.
CV: Sí, a mí también me gusta mucho la portada original pero una de las características de mi nueva colección de libros de cuentos es que todos los títulos deben estar unificados. Ahora tengo a Jorge Garnica que se ha encargado de todas las nuevas ilustraciones y la verdad me ha gustado mucho el trabajo que ha hecho.
Y ahora dentro de tu faceta como lector, ¿qué libros has leído últimamente y recomiendas?
CV: Me gusta mucho la literatura aunque llevo mucho tiempo clavado con los libros relacionados con la música. Precisamente en estos momentos estoy leyendo la biografía de Pete Doherty de The Libertines (A Likely Lad, Alianza Editorial) y también estoy leyendo uno de Douglas Coupland que lo había deseado desde hace muchos años pero hasta hace poco lo conseguí.
Y en mi lista de espera tengo varios pendientes como la biografía de Thurston Moore de Sonic Youth (Sonic Life, Editorial Contra) que apenas me llegó y ya me la estoy saboreando.
Y por último, no es un secreto que la música forma parte de tu vida pero también has dicho que no eres precisamente fanático del rock mexicano, ¿a qué se debe?
CV: Pues no hay un motivo en específico aunque si te fijas bien El Menonita Zen es mi anti homenaje al rock mexicano porque hay varios guiños a bandas nacionales y hasta disqueras como Noiselab en algunos cuentos.
De cualquier forma en estos momentos hay un par de grupos mexicanos que me gustan mucho. Son Los Cogelones del Estado de México y también Austero de Chihuahua. Los dos me emocionan por su sonido y los recomiendo ampliamente.
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